Dificultades para la clasificación


Algunos animales no pueden clasificarse de forma estricta como terrestres o acuáticos, sino que se mantienen en una situación ambivalente: por ejemplo, los pingüinos pasan buena parte del tiempo en el agua.

La clasificación de una especie animal como «terrestre» o
«acuática» es a menudo difícil, y se convierte en una cuestión de juicio. Muchos animales considerados terrestres tienen un ciclo vital que se desarrolla en parte dentro del agua. Pingüinos, focas y morsas duermen en tierra y se alimentan en el mar, pero están considerados animales terrestres. Muchos insectos, como el mosquito, y todos los cangrejos terrestres, entre otros clados, tienen una fase acuática en su ciclo vital: sus huevos tienen que ponerse y abrirse en el agua. Tras la eclosión hay una primera fase acuática ya sea como ninfa o como larva.

Hay especies de cangrejos que son completamente acuáticas, otras que son anfibias y otras terrestres. El cangrejo violinista se denomina «semiterrestre» porque hace agujeros en el sustrato lodoso, en los que se refugia durante las mareas altas. Cuando baja la marea, el cangrejo violinista busca alimento en la playa. Lo mismo se aplica a los moluscos: cientos de géneros y especies de gasterópodos viven en situaciones intermedias, como por ejemplo los del género Truncatella. Algunos gasterópodos con branquias viven en tierra, mientras que otros con pulmones viven en el agua.

Además de los animales totalmente terrestres y totalmente acuáticos, hay muchas especies que rozan la frontera entre ambas clasificaciones. No existe un criterio universalmente aceptado para etiquetar estas especies, por lo que algunas designaciones han dado lugar a discrepancias.


Terrestralización


Las evidencias fósiles muestran que ciertas criaturas marítimas, relacionadas con los artrópodos, comenzaron a realizar incursiones en tierra hace unos 530 millones de años, aunque no hay razones para creer que la vida animal en la tierra comenzara en ese mismo periodo. Una hipótesis más probable apunta a que la motivación de estos primitivos artrópodos para aventurarse en la tierra seca fue el apareamiento (como hacen los actuales cangrejos de herradura) o la de poner sus huevos fuera del alcance de los predadores.4​ La evidencia sugiere que al pasar el tiempo, hace unos 375 millones de años,3​ los peces óseos mejor adaptados a la vida en aguas poco profundas costeras o pantanosas eran mucho más viables como anfibios que sus predecesores artrópodos. Gracias a sus miembros musculosos y relativamente fuertes (capaces de soportar peso, y por tanto más apropiados que las aletas en aguas de muy superficiales)5​ y a los pulmones que existían en combinación con las branquias, estos animales pudieron establecer una fuerte posición en tierra a finales del periodo Devónico. Por tanto, son probablemente los ancestros comunes más recientes de todos los tretrapodos modernos.

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